El nuevo superdeportivo de Ferrari, bautizado como F50, apareció en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1995. El coche, equipado con un motor V12 de 4,7 litros y 520 caballos de fuerza, tenía muchas similitudes con los de Fórmula 1 y se consideraba el punto de encuentro más alto entre un coche de carreras y un coche de carretera. Las características del F50 llevaron a Ferrari a desarrollar una versión de competición para el campeonato BPR. El coche, sin embargo, nunca salió a la pista. El F50 de carretera, joya del estilo Pininfarina, se mantuvo en producción hasta 1997 con un total de 349 unidades construidas.